El sol detenido
¿Qué hacemos? ¿Adónde vamos?
¿De dónde venimos?
Pero aquí hay una caja de lápices de colores
Joan Brossa, El tentetieso, 1969
El sol detenido, es uno de los numerosos poemas escritos por el polifacético artista Joan Brossa (Barcelona, 1919-1998). Su elección para dar comienzo a estas líneas se debe a las preguntas que nos hace el mismo, cuestiones que el ser humano lleva planteándose toda su historia. No obstante, entre ellas, hallamos dos a las que podemos dar respuesta: ¿De dónde venimos? Y ¿Qué hacemos? A la primera podríamos contestar del Mediterráno. Esa masa de agua que nos ha conectado durante siglos y que ha permitido una convergencia de culturas, fruto de quienes somos en la actualidad. Un enlace entre Líbano -espacio geográfico donde tiene lugar esta muestra- y España -tierra natal de Joan Brosa y también de nuestro protagonista, Daniel Núñez (Madrid, 1988)-. Y, para responder a la segunda, hagamos uso del título de esta exposición, crear un lugar para la esperanza, ya que como advierte Brossa: aquí hay una caja de lápices de colores.
Con el Mediterráneo como escenario, el poeta catalán inspiró a muchos de sus contemporáneos, entre ellos a Joan Miró (Barcelona 1893 – Palma de Mallorca, 1983) una de las grandes figuras del arte del siglo XX y uno de los referentes del artista Daniel Núñez. Prueba de ello, es la sintonía entre el artista catalán y el madrileño, tanto en la proximidad conceptual, como en el método de trabajo: desde su interés por los objetos cotidianos y ese universo particular que crea cada uno, al uso del automatismo pictórico. De hecho, este procedimiento creativo no racional y, en el que la presencia del inconsciente domina, conlleva unos resultados libres tanto en los movimientos gráficos como en las manchas de color. Así pues, a través de una pincelada enérgica, desvergonzada de apariencia simple e infantil, Nuñez nos presenta varios trabajos donde podemos asomarnos a su subconsciente y, con ello, contemplar los destellos de sus recuerdos, sus vivencias. Las obras de Núñez entremezclan la figuración y la abtsracción, sin embargo, bien sean de un tipo u otro, lo cierto es que éstos están repletos de códigos que escapan de la comprensión lógica, teniendo más que ver con las pulsiones y materializados a partir de esos gestos instintivos y explosiones de color.
Este trabajo de carácter autobiográfico, se refleja también la técnica, donde Núñez hace uso de materiales que le permiten generar un trazo espontáneo, influido por la escena artística americana de los años setenta y ochenta. A partir del uso de barras de óleos, acrílicos o sprays, da pie al “error”, a lo “incorrecto”, para ofrecer y aceptar otras realidades. Asimismo, estas herramientas, tienen mucho que ver con la impaciencia del niño interior o con la cultura de la inmediatez de la que somos víctimas. Por otro lado, algunos de estos rasgos irregulares forman palabras, en muchos casos escritas al revés, una fórmula utilizada para: sostener un pensamiento, redirigir la mirada del espectador, dar pistas o despistarlo y confundirlo, un juego que invita a imaginar mundos, a perderse y descubrir.
Entre los diferentes sujetos representados, hallamos algunos de sus elementos más característicos: desde objetos comunes que le rodean en su día a día a una fauna de diferente índole. Elementos que le identifican y que si bien, en un primer término, pueden parecer superficiales, éstos no son retratados por lo que son en sí, sino por el significado que le otorga a cada uno de ellos: valores sentimentales y sensaciones mediante los que exterioriza sus experiencias. Además, hay un interés por repensar estos sujetos, romper la obviedad de los mismos y de proporcionar sobre ellos otra perspectiva, con el fin tanto de de otorgarles como restarles importancia, pero sobre todo, buscando deshacerse de cualquier atisbo de tragedia, para trasladarnos a un estado de ilusión y sosiego.
En definitiva, un trabajo que explora su mundo interno, que ejerce un gran magnetismo y con el que fácilmente nos podemos vincular. Y es que, A place for hope se propone como una muestra que refuerza la idea del Arte como herramienta para sumergirnos en los recuerdos, así como superar las adversidades y vislumbrar la esperanza.
Dra. Alejandra Rodríguez Cunchillos